En el post de hoy, Franzina Balagué, la creadora del JECO, el juego de rol de la cnv, y facilitadora de la comunicación no violenta en nuestros talleres de cnv, nos explica a través de un ejemplo, cómo podemos llegar a elegir a través de las técnicas de la comunicación no violenta, a eligir la conexión versus la razón, y cómo ello nos puede llegar a proporcionar una paz, alegría y harmonía que nos hace estar más conectadas con nosotras y con las demás. Disfruta del fantástico post!

 

QUERERES

 

 

 

 

  Cuando me doy cuenta que me he enfrascado en una discusión o veo a les niñes discutiendo, les pregunto: ¿estás contente con lo que está pasando? ¿con cómo está yendo ?

 

 Y lo normal es que contesten: “¡es que tengo razón!”  Entonces les hago esta reflexión: “sí, la razón la tienes y nadie te la puede quitar, es toda tuya. Cada une tenemos la nuestra. Pero dime, ¿de qué te está sirviendo ahora tener la razón? ¿Te sirve para solucionar el conflicto?

 

 Y citando a  Marshall Rosenberg, creador de la Comunicación no violenta, les recuerdo que pueden elegir entre Razón o conexión, porque las dos a la vez no se puede.

 

 Hoy me gustaría invitarte a hacer un ejercicio para que tu misme puedas experimentar el poder de esta elección.

 

 Piensa en una discusión en la que “tenías razón” y la otra persona no quería dártela.

 

 Saca primero tus  chacales  (si lo necesitas):

 

 EJ: El otro día, volviendo del trabajo cansada, mi hijo me tuvo más de media hora discutiendo una estupidez. No soporto que me haga perder el tiempo en estas tonterías. Como si no tuviésemos discusiones ya sobre cosas importantes. Es que a veces es un pesado y no confía en mí, ¡como si yo fuese una mentirosa! ¡Siempre cuestionándolo todo! ¡¡Qué plasta!! Y luego claro: muéstrate empática y cariñosa y consuélale, porque si no eres una mala madre… qué fastidio. Es que ¡no soporto estas situaciones! Me desgastan un montón.

 

 Desarróllala aplicando los 4 focos de la CNV:  (observación/sentimientos/necesidades/peticiones)

 

 Observación: Describe objetivamente qué pasó. La observación es un relato sin juicios que cualquier implicade puede dar por cierto.

 

 El lunes, cuando volví del trabajo, mi hijo de 10 años me dijo que ese sábado íbamos a ver a su abuela. Yo estaba cansada de la jornada, le corregí recordándole que no era el de esta semana sino el siguiente y él me repitió que no, que era esta semana y que yo estaba equivocada. Le ofrecí llamar a la abuela para salir de dudas pero no quiso alegando que mi madre siempre se despista con las fechas.

 

 Sentimientos:

 

     ¿Cómo te sentiste y te sientes al recordarlo?

 

 Sentimientos: cansada y harta, molesta, aburrida.

 

     ¿Cómo crees o, si te lo dijo, cómo se sintió la otra persona?

 

 Sentimientos: molesto, impotente, frustrado

 

 Necesidades:

 

     ¿Qué necesidades se cubrieron  para ti  y cuáles no? ¿Qué era importante para ti en ese momento, qué buscabas? Al recordarlo, ¿qué es importante para ti ahora?

 

 Necesidades no cubiertas en la situación: descanso, confianza, respeto y autorespeto, empatía, conexión, ligereza, facilidad, fluidez, harmonía.

 

 Necesidades cubiertas en la situación:  -----

 

 Necesidades más importantes ahora:  connexion, cuidado, respeto mutuo, entendimiento

 

     ¿Qué necesidades crees que intentaba cubrir la otra persona?

 

 Necesidades: confianza, seguridad, tranquilidad, contar con, certeza, comprensión,  avanzar, respeto.

 

 Petición:

 

     ¿Qué puedes pedir a la otra persona para satisfacer tus necesidades? ¿Qué puedes pedirte a ti misme? ¿Qué puedes pedir a una/s tercera/s persona/s para satisfacer tus necesidades?

 

 Petición hacia mí:  cuando yo esté cansada y vuelva a salir una discusión que no requiera una decisión inmediata, me pido decir a la otra persona que lo hablemos en otro momento en que no esté cansada o con prisa, y mantenerme firme en ese límite.

 

 Petición a la otra persona: Estoy realmente cansada y no quiero discutir. ¿Podemos hablar de esto mañana por la mañana?

 

 Petición a terceras personas: (a su padre) ¿Puedes estar con el niño unos diez minutos? Necesito relajarme y conectar conmigo. Me vendría genial poder estar en silencio y a solas un rato.

 

     ¿Puedes y quieres formular las peticiones teniendo en cuenta las necesidades de la otra persona? (con empatía)

 

 Si añadimos el ingrediente de la empatía a nuestra petición, reconociendo los posibles sentimientos y necesidades de la otra persona, será más probable que la escuche con apertura y se dará un flujo de conexión entre ambes.

 

 Petición a la otra persona, incluyendo empatía: “Cariño, veo que no nos ponemos de acuerdo y yo ahora estoy muy cansada. ¿Tienes urgencia y mucha emoción por saber cuándo iremos a ver a la abuela? Entiendo que te daría tranquilidad tener la fecha exacta para ir a haciendo tus planes. ¿Es eso? Viendo que ahora mismo no tengo recursos para darte esta información ni empatía para seguir discutiendo sin enfadarme, prefiero y te pido por favor que lo hablemos mañana por la mañana. Podemos mirar los mensajes en el chat de la abuela y ver si hay algo que nos ayude. ¿Te parece?

 

  Es posible que conforme avances en el ejercicio y puedas ir abriendo el corazón y sumergirte de lleno en el lenguaje jirafa, salgan más S y N que en un principio no habías detectado.

 

 Después de hacer el ejercicio, te animo a que cierres los ojos, o no, y conectes con cómo te sientes, que observes si hay alguna diferencia en tí en comparación a cuando pensaste la situación y empezaste a escribir los chacales. En mi caso, suelo experimentar una relajación corporal y una apertura que me da alegría, parece que respiro mejor…

 

 ¿Y tú? me encantaría que lo compartieras...