Preguntar para conectar, practicando la cnv

En el post de hoy, nuestra facilitadora en comunicación no violenta, Francina Balagué, nos anima a poder tratar un posible conflicto con otra persona, desde la pregunta, desde la conexión, evitando los juicios y los pensamientos que no se sustentan en un diálogo donde la otra persona nos expresa cómo ha actuado en esa situación de sus propias palabras. Disfruta de la reflexión y los consejos de Francina Balagué, y si quieres formarte en comunicación no violenta, ya sabes que en practicando la comunicación no violenta tienes un montón de herramientas cnv a tu disposición.

 

Hoy, estaba contestando a un post en una página que os animo encarecidamente a visitar https://www.ayudahumanitariapgpb.com

 

Y mientras escribía, me he dado cuenta de la importancia de la información, en el proceso de empatizar con la otra persona.

 

Me explico; cuando tengo un conflicto con alguien o me enfado con algo que ha hecho, yo, ANTES DE HABLAR DES DEL MALESTAR CON ESA PERSONA, empiezo mi proceso con la autoempatía, un proceso que practicando la CNV ya tengo muy automatizado:

 

* liberación de chacales (juicios, pensamientos, insultos….),

 

*conexión con mis sentimientos (emociones que estoy viviendo: sorpresa, enfado, miedo...) y *necesidades ( qué es importante para mí y que no se está dando…”conexión, comprensión, seguridad, atención, tranquilidad, ser vista…” y

 

*lluvia de ideas de acciones y peticiones para cambiar la situación y cubrir mis necesidades (pedir una llamada, preguntar los motivos, expresar el malestar…)

 

Terminado el proceso de autoempatía, suelo quedarme bastante más tranquila y el enfado acostumbra a transformarse en tristeza, desilusión, cansancio...a algo por el estilo. Emociones des de las que me es más fácil ver a la otra persona y que me hablan de necesidades que buscan reconectar y entendimiento con la otra.

 

ES CUANDO LLEGO A ESTE PUNTO, cuando detecto la importancia de la información que comentaba al principio del post. El saber qué estaba sintiendo y qué era importante (qué necesidades estaba cubriendo)  para la otra persona cuando hizo/dijo...aquello que a mí me disgustó.

 

Lo más lógico parece PREGUNTAR DIRECTAMENTE A LA OTRA PERSONA, verdad?

 

¿Quién sino ella sabe sus motivos….? ¡Ella es la única que puede contestar a esta pregunta, la máxima autoridad sobre sus sentimientos y necesidades!

 

Entonces… ¿por qué no lo hacemos???

 

Me gustaría animarte/animarnos a PREGUNTAR, a no elucubrar sobre los motivos y sentimientos que impulsan a las demás a hacer o decir porque lo más seguro es que nos estemos equivocando. Y, en todo caso, si primero quieres tratar de adivinar, luego COMPRUÉBALO, CORROBORA tus hipótesis, no te quedes con tu película.

 

Te animo/nos animo a que cuando algo te incomode, te des primero autoempatía y luego preguntes.

 

Sé que a veces no es fácil;  preguntando nos  podemos sentir muy vulnerables y frágiles, tener miedo a poner al descubierto nuestros sentimientos y necesidades.. Lo sé porque yo también lo vivo y aún y con esta incomodidad, vale la pena hacerlo, si lo que quieres es la conexión y el entendimiento mutuo; PREGUNTA, ESCUCHA Y ACOGE.

 

Como dice Thomas d’Aunsembourg en su libro: “Ser feliz, no necesariamente, es cómodo” (pero vale la pena pasar por esa incomodidad)

un abrazo preguntón...🤗🦒, Francina Balagué Bellido

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