En el artículo anterior vimos las características de la petición en CNV, hoy vamos a ver los tres tipos de petición que nos plantea y comprobaremos, una vez más, como las herramientas que nos brinda la Comunicación Noviolenta nos facilitan la conexión con un@ mism@ y con l@s demás.
3 TIPOS DE PETICIÓN
Una de acción/actuación que ya introduje en el anterior artículo y dos de conexión que exploraremos más ampliamente en este.
Dentro de la de acción puedo:
- pedirme a mi misma
Ej: me pido hacer una lista con los objetivos que me he puesto, ordenarlos por prioridad y marcar un tiempo inicial para empezar a trabajar con cada uno.
- pedir a la persona involucrada
Ej: ¿Puedes llevar a mi hijo al taller este sábado a las 5, por favor?
- pedir a alguien no involucrado directamente
Ej: Acabo de hablar con mi hermana y necesito desahogarme, podrías escucharme unos 10 minutos?
Dos de conexión
Según nuestra motivación y teniendo claro no son excluyentes, que podemos pedir las dos. En tal caso, yo primero prefiero empezar por el reflejo para cerciorarme que llegó bien el mensaje y luego con la de expresión.
Si queremos saber si a la otra persona le ha llegado correctamente nuestro mensaje. Para ello, podemos pedir un reflejo, que nos diga con sus palabras qué ha escuchado de lo que le hemos dicho.
Yo, soy una súper fan de los reflejos porque:
- me ayudan a verificar si lo que he dicho era realmente lo que quería decir
- me dan tranquilidad de que la otra persona ha entendido mi mensaje
- los recibo como empatía, como validación de lo que es importante para mí
- y cuando los hago, me dan claridad y siento un acercamiento hacia la otra persona incluso en los mensajes difíciles de recibir. De verdad, hacen magia: ¡Pruébalos y cuéntame!
Algunos ejemplos:
¿Puedes decirme qué has escuchado de mí?
¿Me dices con tus palabras lo que te ha llegado?
¿Puedes repetirme a tu manera lo que te he dicho, por favor? así me quedo más tranquila.
o
Si queremos información sobre el impacto de nuestras palabras en la otra persona.
En este caso, le pedimos que exprese honestamente cómo le ha llegado nuestro mensaje, que nos comparta cómo se siente y qué necesidades suyas han sido cubiertas o han quedado descubiertas al escuchar lo que le hemos dicho.
Algunos ejemplos:
¿Cómo te sientes con lo que te acabo de decir?
¿Después de escucharme, qué es importante para tí?
¿Cómo estás ahora?
¿Cómo recibes lo que te estoy diciendo?
Para mí, hacer esta petición es dejar muy claro a la otra persona que nos importa, es abrirnos a acoger sus sentimientos y necesidades y ponerlos a la misma altura que los nuestros. También suele ser un acto valiente porque me expongo a que lo que me exprese, ponga en jaque lo que yo quiero pedir y me saca de ser el centro de atención.
Pero es que, esto es lo maravilloso de practicar la CNV que nos da herramientas para cuidar las relaciones, que me saca de mi narcisismo/ombliguismo y me pone unas gafas para ver a la otra persona como otro ser humano igual que yo, ni más ni menos. Y esto aunque a menudo sea muy incómodo, es lo que yo quiero, quiero relaciones de igualdad, conscientes y al hacerlo (que no siempre lo hago…),¡ me compensa tanto!!!
Además, recordemos que, cuando tenemos en cuenta a la otra persona, activamos el flujo del “dar y recibir” de manera natural, las peticiones se convierten en una puerta abierta a la conexión, es mucho más probable que las demás conecten con sus ganas de contribuir a nuestro bienestar y sobretodo estamos cuidando de la relación a la vez que cuidamos de nosotr@s mism@s.
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