Pidamos sinceridad mediante la comunicación no violenta
Una vez que nos expresamos abiertamente y recibimos la confirmación deseada, a menudo deseamos saber cuál es la reacción de la otra persona ante nuestras palabras.
Por lo general, la sinceridad a la que aspiramos toma una de estas tres direcciones:
• A veces nos gustaría saber qué sentimientos han estimulado nuestras palabras y qué razones se esconden detrás de ellos. Podríamos averiguarlo diciéndole a la otra persona: «Me gustaría que me dijeras qué sientes con respecto a lo que acabo de decir y cuáles son las razones por las que te sientes así».
• A veces nos gustaría saber qué piensa nuestro interlocutor en respuesta a lo que nos oyó decir. En tales ocasiones es importante especificarle qué pensamientos nos gustaría que comparta con nosotros. Podríamos decirle, por ejemplo: «Me gustaría que me dijeras si crees que mi propuesta tendrá éxito, y si piensas que no, qué crees que pueda impedir que lo tenga», en lugar de decirle simplemente: «Me gustaría que me dijeras qué opinas sobre lo que dije». Cuando no especificamos qué opiniones queremos conocer, lo más probable es que la otra persona nos responda con todo lujo de detalles, pero sobre cosas diferentes de las que estamos esperando.
• A veces nos gustaría saber si la otra persona está dispuesta a hacer determinadas cosas que le hemos recomendado. Se trata de una petición que puede sonar más o menos así: «Querría que me dijeras si estás dispuesto a posponer nuestra reunión una semana».
La aplicación de la Comunicación no violenta requiere que tengamos conciencia sobre el tipo específico de sinceridad que nos gustaría recibir y que formulemos nuestro pedido de honestidad mediante un lenguaje preciso.
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