Ayer, mientras estábamos ultimando los preparativos para la formación de este fin de semana:
KIT CNV PRESENCIAL, que ofrecemos Noelia Jiménez y yo, le comentaba a Noelia que, últimamente, aún y estar muy estresada, me noto más tranquila, menos reactiva y con más capacidad de presencia cuando hay un conflicto entre o con mis hij@s, que es mi talón de Aquiles.
Me doy cuenta de que, me es más fácil, abrir mi corazón en momentos en los que, habitualmente, sólo podía ser consciente de las necesidades de manera intelectual.
Cómo por ejemplo cuando llego, otra vez, cansada del trabajo y me encuentro que mis hijxs no han hecho sus tareas y que hay un nivel de desorden muy superior al que había antes de irme, porque han priorizado jugar y descansar en vez de contribuir y cuidar.
La diferencia más grande para mí es que, ahora, más allá de poner nombre a sus necesidades, que me las sé de memoria, puedo mantener la calma y desde ahí acogerlas, acordarme de cuando yo las tenía tan vivas. Y al mismo tiempo estoy presente y acojo mi frustración por todas las necesidades de cuidado, colaboración, orden, belleza, descanso que están sin cubrir una vez más. En vez de engancharme en los juicios, hago el duelo: acojo mis sentimientos, me doy auto empatía y, desde allí, voy expresando cómo me siento y cómo creo que se sienten ellxs, les hablo de mis necesidades y válido las suyas, hago peticiones de conexión (les pido que me digan lo que escuchan de mí y cómo lo reciben) y también hago peticiones de acción (les pido que recojan sus cosas, que limpien la mesa etc.).
Y todo esto desde un enfado/disgusto casi calmado que poco a poco se va transformando en tristeza dulce.
Tal vez lo que más valoro es el grado de tranquilidad y conexión conmigo y con ellxs.
Porque antes tenía un doble disgusto, uno por todas las necesidades de orden etc. y el otro por la bronca y conflicto entre nosotrxs. Ahora, cuando pasa algo así, aunque el primer bloque de necesidades (orden, apoyo…) sigue sin estar cubierto, al menos la necesidad de conexión y calma sí las cubro.
Y al buscar de donde viene este cambio he llegado a dos conclusiones.
La primera es que estoy haciendo unos ejercicios, los 5 tibetanos, que me están ayudando a ir por la vida más conectada con mi centro.
Y la segunda es que, cuando algo no sale como yo quiero, aunque primero salen juicios, puedo traducirlos, casi enseguida, en necesidades en vez de quedarme enganchada ahí como me pasaba antes.
A este cambio le pude poner palabras ayer, al leer esta frase de Miki kasthan, que compartió un compañero formador:
"La diferencia entre la realidad tal y como es y cómo me gustaría que fuera o la relleno de juicios o la relleno de duelo".
¿Cómo lo ves? ¿Potente verdad? Creo que le dedicaremos un artículo un día de estos.
Y volviendo a la conversación con Noelia, ambas coincidíamos en lo importante de mantener un mínimo de calma para poder poner en práctica todas las maravillosas herramientas que nos brinda la Comunicación no violenta porque, al menos a ambas nos pasa, cuando estamos en la vorágine del cabreo, nos es muy difícil.
Así que, una vez más, me reafirmo en la importancia de cultivar hábitos que nos ayuden a estar centradas y conectadas.
Yo tengo dos estrellas:
-El escáner emocional
-Los 5 tibetanos
¿Cuál tienes tú?
Espero que este compartir te sirva, inspire y que nos compartas también tus trucos estrellas.
Y si quieres aprender y practicar estos trucos y los recursos súper útiles que nos ofrece la CNV, ¡apúntate al KIT CNV!
Feliz día, 🤗🌻🌈, Franzina
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Elena (viernes, 09 agosto 2024 11:37)
Gracias Francina,
He buscado en internet los cinco tibetanos. Últimamente me siento más centrada cuando ejército el cuerpo. En este momento, me siento un poco impotente porque no tengo momentos de cuidado fuera de casa. Realizar los 5 tibetanos puede cubrir mi necesidad de cuidado, espacio y autonomía �